Doctrinas Fundamentales de las Sagradas Escrituras.
Capítulo 5
I. El Hombre.
A. El hombre creado a la
Imagen de Dios.
El Eterno Creador, planificó crear a la humanidad, para mostrar su
gloria, justicia, santidad. Por y para su Hijo Jesucristo. Pero con
anterioridad a esta creación, había creado otra, no especificada en las
Escrituras, con propósitos eternos. Pero esta se opuso a los propósitos por la
cual fue creada. Y eternamente se volvió
orgullosa, egocéntrica y mala, conspirando en contra de su creador, a tal punto
de querer tener la gloria de su creador.
En este sentido según sus propósitos eternos, Dios Creador, coloca al
hombre en un paraíso terrenal. Después de haberlo formado de esta misma tierra
que creó. Esta es la composición de su cuerpo humano. Formado del lodo de
tierra. Pero dijo hagamos a el Hombre a nuestra imagen y conforme a nuestra
semejanza. Luego Dios sopló sobre el hombre que había creado, aliento de vida y
le puso Espíritu. El hombre tuvo vida. De esta forma conformó Dios el alma
viviente del ser humano. Y fue el hombre un alma viviente. Constituida por un
ser viviente: alma, cuerpo, y espíritu. Gen 1:26; 2:7, 1 Tes 5:23.
Por consiguiente, el hombre tuvo vida. Esta vida Dios creador, la puso
en el hombre para que fuese eterna. Cuando Dios creó todo alrededor del hombre,
dijo que todo era muy bueno. Pensando Dios en esta manera, en la cual lo creo,
lo creo a su imagen. Esa imagen del hombre reflejaba el carácter y virtudes de
Dios.
En este aspecto se puede presumir y decir: Dios le dio esta orden al
hombre, de gobernar con la autoridad y el poder que le he dado sobre todo lo
creado. El hombre creado era santo, era justo. Tiene el reino humano, animal,
avícola y vegetal bajo su autoridad. Al
igual que todos los recursos naturales que había en el paraíso, que Dios le
entregó.
Por tal motivo, crear al hombre a su imagen, quiere decir; que el
hombre reflejaba: En primer lugar, su carácter santo. En segundo lugar, su
gobierno dentro de un sistema justo. En tercer lugar, su orden en la creación
según las leyes establecidas. En cuarto lugar, su autoridad presente sobre esa
creación.
B. Desobediencia del
Hombre.
Dios cuando creó al hombre, le dio al hombre permiso de comer todo. Y
en el paraíso solo había dos árboles que no podía comer: el árbol del
conocimiento de la ciencia del bien y del mal. Y el árbol de la vida. Todo era
bueno.
En lo sucesivo, con el propósito de probar la obediencia hacia Dios.
Fue probada esta creación del hombre. Para que fuese perfecta. Y para ver su
fidelidad al creador. Dios creador le da una orden. De no comer del árbol del
conocimiento de la ciencia del bien y del mal. Le ordenó que no comiese de ese
árbol. Ya que podía comer de todos los demás. Ge 2:16-17.
En consecuencia, le advierte Dios al hombre, que el día que lo comiese
moriría. Y luego el hombre hizo todo su trabajo, labró la tierra como Dios le
ordenó, puso nombre a todos los animales, a las plantas, a las aves y todo lo
que Dios le había entregado. Pero no halló ayuda en ninguno de ellos.
En consecuencia, Dios creador, trae sueño sobre el hombre, y le saca
una costilla. Y con esta costilla, cree a su compañera, a su ayuda idónea. Y el
hombre instruye a la mujer, que Dios le creó. En todo lo que Dios le había
ordenado. Pero la mujer fue persuadida por la serpiente.
Debido a esto, observamos en este paraíso lleno también de animales, a
una serpiente, que era astuta y no se arrastraba como ahora. Esta culebra fue
la encargada, o el instrumento para ejecutar la prueba de esta creación del
hombre. En cuanto se refiere a obediencia a la palabra de Dios. Observando en
los escritos de Génesis cap. 3, el fracaso del hombre y la mujer en obedecer a
Dios.
Por consiguiente, esta nueva creación que Dios había hecho a su
imagen. Le había desobedecido, en la palabra dictaminada por Dios. Y por
consiguiente el ser humano muere. Entre tanto, este ser creado anteriormente,
que se había vuelto orgulloso eternamente. Fue el que conspira con la creación
del Eterno. Se le permite ahora engañar con astucia al hombre.
En esta razón, este ser orgulloso, egocéntrico y malo. Conspirador en
contra de Dios. Trajo tras sí, a la tercera parte de la creación de los ángeles
del cielo. Y los vuelve infieles a Dios Eterno. En el principio de la creación
del hombre, fue un instrumento de Dios. Para probar a la humanidad que había
hecho a su imagen.
En su eterna admiración. Dios creador, hizo una creación de ángeles,
querubines, y arcángeles. Colocó Dios un querubín a cuidar y proteger su misma
presencia. Este mismo querubín, se vuelve orgulloso, en el sentido de como lo
había creado Dios, y se quiso hacer igual a Dios. Y es de suponer, como estaba
cerca de Dios, todo el resto de la creación debería pasar por él. Facilitando
así la conspiración contra el Eterno, de este querubín protector.
Por esta razón sólo quedó un tercio de lo creado, fieles a Dios
creador. Tal vez no lo sabemos, solo queda en lo secreto de Dios, más sin
embargo Dios decide crear otra creación. En su Justicia, verdad y propósito,
crea la humana, hecha a su imagen. Para que esté a su servicio, gloria y
adoración. Y no lo sabemos, pero su resultado puede que compense a la tercera
parte del cielo perdida, por el querubín orgulloso llamado satanás y sus
diablos.
En esta situación Dios crea al hombre. Ya la otra creación es opuesta
a Dios en todo. Solo una parte es fiel. Y Dios decide darle a este hombre algo
de él, su imagen.
Pero en la admiración divina de Dios, este hombre desobedece, quizás
tal vez no lo sabemos. Para que no se vuelva orgullosa y egocéntrica. Busque
sus propios intereses y no los de Dios. Como la anterior y quiera conspirar
también con orgullo. Y querer quitar la gloria a Dios junto a Satán y sus
demonios. Pero eso no será así ya que Jesús lo juzgó. Juan 16:8-11.
En conclusión, el hombre desobedece, pierde la vida que Dios le dio. Y
la santidad de Dios fue profanada, porque fue desobedecida su palabra. El
hombre sale de su presencia y de su santidad. Su justicia y seguridad que tenía
y que Dios le había otorgado. Ya que Dios maldijo todo a su alrededor, al
maldecir la tierra. Y puso un trabajo forzado.
Satán y sus demonios por un tiempo ganan esa autoridad, gobierno y
poder sobre el hombre. Ya que los humanos, decidieron creer a la culebra, y no
a Dios Santo.
Por lo cual, Dios lo sacó del paraíso, de su presencia y de su
santidad. Todo estaba saliendo perfecto dentro de lo planificado por Dios. Pero
no todo, porque el hombre todavía no se había multiplicado sobre la faz de la
tierra.
Por ende, multiplicarse era otro mandato que Dios le había establecido
al hombre y eso faltaba. Multiplicarse, y sojuzgar la tierra. Todavía no se
había establecido los reinos y aun toda la tierra no estaba poblada, cuando el
primer hombre pecó o desobedeció a Dios.
Es así como Dios decide hacer un sacrificio de animales para vestirlo,
para cubrir su vergüenza delante de él, ya que ellos se escondieron de su
presencia. Cuando se vieron descubiertos por Dios.
Este primer sacrificio representaba, la redención del hombre que Dios
tenía preparada a través de su Hijo Jesucristo. La muerte de un animal, lo
estaba representando, hasta que el hombre se multiplicara sobre la faz de la
tierra.
Esta mencionada muerte, significaba un sacrificio de animal. Que
representó un cordero inocente. Para cubrir la vergüenza por la desobediencia
del hombre ante Dios. Y quizás allí no representa Dios su molestia o su juicio,
contra el hombre que le había desobedecido.
Según lo antes dicho, es cierto, y posteriormente fue comprendido este
sacrificio de este animal, por Abel el hijo de Adán, que trajo a Dios una
ofrenda agradable delante de Dios. Un cordero. Que fue el motivo de la envidia
de su hermano Caín, que concibió el odio, y lo mató. Por pensar que Dios no vio
con agrado su ofrenda.
Es interesante observar, que la ofrenda de Abel era un cordero, y era
agradable a Dios. Porque trae la representación de su Hijo, ofrenda por el
pecado del hombre. Caín representa la envidia, el rencor y el odio. Por querer
Dios hacer una creación que le adore, le glorifique y le sirva a él, a través
de su Hijo, como el caso de Abel. El cual habría sido muerto inocentemente por
esta razón. Es por esto por lo que observamos a Cristo el segundo Adán.
Proclamando la justicia de Abel. Ya que, por fe, se presentó a Dios con un
cordero. Pero su hermano por envidia lo mató. Como refiere el evangelio. Mat
23:35.
Con estos hechos, observamos, dos representaciones reales de la
humanidad. La envidia concibió la muerte. De esta forma la envidia y el odio de
Satanás concibieron la muerte del hombre, la segunda creación que Dios había
creado. Pero Dios creador en su admiración y sabiduría ya había destinado su
redención a través de su Hijo.
En este aspecto, el sacrificio de un animal inocente, que lo
sacrificaron para vestir al hombre. Es la representación como sería la
redención a través de Jesucristo. Esta redención nos da una transformación
nueva, nos hace ser una nueva criatura. Nos vestimos de un nuevo cuerpo en una
nueva creación. Donde nos dice, que nuestros cuerpos serán transformados en una
abrir y cerrar de ojos, en su segunda venida.
C. Salvación del hombre.
Era completamente necesaria la redención. Ya que el hombre muere. Por
causa de haber desobedecido a Dios. Y la muerte pasó a todos los hombres. Ya
que toda alma que peca, esa muere. Dios estableció leyes por la cual el hombre
debe regirse y por las cuales obedecer a Dios. Y para que le vaya bien en la
vida.
Es por la siguiente razón, que Dios establece leyes, ya que su
conciencia fue pervertida, y su proceder era de continuo al mal. Así dice en
Génesis 6. Y su Espíritu no podía más
contender para que no lo hiciera. Así lo estableció Dios. Que ya no contenderá
con él hombre. Y se apartó por completo la presencia de Dios en la tierra, para
la época en que vivió Noé, después del diluvio.
En esta circunstancia, Dios decide acabar con todo humano de la faz de
la tierra, y sólo preserva la vida de Noé y su familia un hombre Justo, que
halló Gracia ante los ojos de Dios. Es así como decide Dios preservar a una
familia. Para continuar su propósito con los hombres. De formar un ejército
poderoso para el reino de su Hijo.
En este sentido, Dios pobló nuevamente la faz de la tierra desde aquella
época, después del diluvio, y los hombres se multiplicaron. Luego decide
mostrar un poco más de su gloria y su propósito a los descendientes de Noé. Con
otro hombre que halló gracia ante los ojos de Dios, conocido como Abraham.
A este hombre Abraham Dios decide bendecir con su gracia. Y le da una
promesa a su descendencia. Será grande y numerosa sobre la faz de la tierra.
Dios decide decírselo sin ocultarlo, que iba a ser una nación grande y fuerte.
Y no solo eso, sino que, en él, serían benditas todas las naciones de la
tierra. Gen 12-22:18.
En todo esto dicho, hay que observar y admirar a nuestro Dios
poderoso. Con su gracia y su verdad para con los hombres. Su gran bondad con su
creación. Que de continuo fueron orientados al mal, y se querían parecer más a
las tinieblas que a la luz. Más al diablo que a Dios creador. Pero Dios
poderoso insiste en salvar y preservar la existencia del hombre. Para que lo
glorifique y para glorificarle en Nombre de su Hijo.
Dios creador del cielo y la tierra, le dijo Abraham. Él sabía que él
mandará a sus hijos y a su casa que guarden el camino de Jehová, haciendo
justicia y juicio. Génesis 18:19. Este camino que haría justicia y juicio es su
Hijo Jesucristo.
Abraham, esperó en Dios. Y aunque la respuesta no vino pronto. La
esperó, y vino la respuesta de Dios Abraham. Y concibió el hijo de la promesa
que Dios le había hecho a Abraham. Pero Abraham también fue probado. Y fue
probado en su amor a Dios. Pidiéndole Dios a Abraham el mismo hijo de la
promesa que le había hecho.
Fue así como Abraham fue probado por Dios, en su amor por su hijo y su
amor al creador. Y fue grande el amor a él creador, que decidió sacrificar su
hijo inocente a Dios. En esta fe de Abraham. Dios lo justifica. Y provee un
animal para el sacrificio a Dios. Dando a comprender Dios, que todavía no era
el tiempo. Y que en un tiempo vendría su Hijo por la creación a redimir.
En este sentido, al tomar Abraham a su hijo para sacrificarlo a Dios.
Abraham estaba mostrando su fe al creador, siendo justificado, por este acto de
fe que hizo Abraham ante Dios. Y es lo que Dios hace, nos entrega a su Hijo
inocente, para redimir al hombre de su pecado. Y el hombre por fe tiene que
creerlo.
Pero, en consecuencia, este hecho de Abraham de entregar a su hijo por
amor a Dios no solo es igual a lo que hizo Dios, de entregar a su Hijo por amor
al mundo, sino lo que hizo su hijo Isaac de obedecer a su padre, de entregarlo
en sacrificio a Dios, igual hizo Jesús el Cristo, de hacerla voluntad de Dios
su Padre. El hecho de que Abraham haya esperado un tiempo, hasta recibir la
respuesta de Dios. Así Dios esperó el tiempo ideal. Para enviar a su Hijo para
salvar a la humanidad. Como Abraham entregó su hijo a Dios por amor. Así Dios
entrega a su hijo por amor a su creación.
Por razones que solo a Dios le competen, acepta también la oración de
Abraham por su hijo Ismael. Y otro mundo
surge paralelo grande y poderoso como el de Israel. De igual forma después de
Israel, nace otro mundo paralelo, tras la muerte de Sara. Y otros descendientes de Abraham poblarán la
tierra.
Dios le promete su salvación a toda la descendencia de Abraham. En tu
simiente serán benditas todas las naciones de la tierra. Por cuanto obedeciste
mi voz, refiriéndose a la obra de Jesucristo. Y en los que creyeran en esta
obra. Gen 22:18; Gal 3:16.
D. La Obra de Salvación.
La obra de salvación realizada por Jesucristo ya la hemos mencionado. Es
el regalo de Dios otorgado al hombre. A través de la fe en Jesús. En su obra de
redención. Este regalo se llama gracia. Y lo entregó al hombre a través de su
obra salvadora en Jesucristo. El regalo más preciado que pueda tener el hombre.
El amor de Dios derramado en la cruz, por el sacrificio de su Hijo, por su
pueblo y la humanidad. Juan 3:16.
La salvación es la gracia de Dios dado al hombre. A través del don de
fe. Esta fe está basada en la obra salvadora de Jesucristo. Así como Abraham la
obtuvo también en su descendencia por Fe. La Fe como Don de Dios. Pero luego
desecharon el plan de Dios. Y Dios le dice que el alma que pecare se morirá. Ez
18:4.
La salvación es un regalo de Dios dado al hombre y lo recibe por fe.
Efes 2:8. Es el acto de arrepentirse de sus pecados. Porque eso lo hace el
Espíritu Santo en nosotros, el cual nos redarguye de pecado. Juan 16:8. Por ser
la salvación un acto de Justicia. Gen 15:6. Existen tres aspectos de la
salvación, de su gracia. Y cada uno se caracteriza por un vocablo, que
suministra una ilustración clara de la bendición en la justicia de Dios. Los
cuales implican en la redención del hombre lo siguiente: 1. Justificación. 2.
Santificación. 3. Sabiduría y 4. Redención. 1 Cor 1:30.
1.
Justificación.
Justificación es un término judicial o
legal que nos recuerda una escena en los tribunales de justicia. El hombre,
culpable ante Dios y condenado, recibe la absolución, se le declara justo, en
otras palabras, es justificado. Es decir, sin culpa ante Dios. Esta justificación, es completamente necesaria. Es un acto legal
ante Dios. Que realizó su Hijo, para justificar al hombre ante Dios Santo.
Porque:
1.1. Ningún ser humano se justificará
delante de Dios. Sal 143:2.
1.2. Por su conocimiento Jesús nos
justificará. Isa 53:11.
1.3. Somos justificados por la fe en su
hijo Jesucristo. Rom 3.30; Gal 3:8; He 13:39.
1.4. Por la obra del sacrificio que
Jesús hizo y resucitó para nuestra justificación. Rom 4:25.
1.4.1. La justificación es dada por fe.
El hecho de ser una persona justa, no
salva. Porque el justo por la fe es el que es salvo. Pero la fe tiene que estar
puesta en la obra justificadora de Jesús. No en nuestra justicia. La
justificación significa la relación legal del hombre creado por Dios, con el
creador a través de la obra de Jesucristo. Es decir; Su sacrificio en su carne
y el derramamiento de su sangre.
En este sentido existen dos aspectos: 1.
la otorgación del perdón y 2. La entrega de la justicia. El perdón que nos
otorga Dios, se recibe por la obediencia a la Justicia, que realizó Cristo ante
Dios. Al entregar su cuerpo y sangre en sacrificio, murió en la cruz. Somos
perdonados y somos considerados justos ante Dios, al depositar nuestra fe en
él. En Jesucristo. Somos liberados del pecado y de la culpa que conlleva. Y
recibimos la justicia de Cristo a nuestro favor. El resultado es que somos
liberados del castigo que merecemos. Porque Cristo pagó en su muerte la
culpa, la pena y el castigo.
Por consiguiente, la paga del pecado es
la muerte, el castigo el infierno eterno, la pena es la eternidad infernal. Lo
tangible es que Cristo murió en tu lugar obedeciendo en todo lo que tú no
podías, ni lograrías. Descendió a las partes más bajas de la tierra y llevó
cautiva la cautividad. Nos libró del infierno, que nunca irás, si tú has
aceptado la obra vicaria de Jesús y recibido a Jesús como tu salvador. Y la
eternidad será devolverte al paraíso de donde salió el primer hombre, es decir;
en la eternidad con Dios. Lo intangible es que Cristo te devuelve la relación
perdida con el creador y tu aceptación ante él a través de Cristo. Porque te ha
perdonado por su obra redentora.
Es como si tuviéramos un libro de vida,
lleno de anotaciones negativas. El Señor no solamente borra los pecados, sino
también nos da un libro completamente nuevo, que contiene la justicia y las
buenas obras de Jesucristo. La justificación es un veredicto Divino en el que
Dios nos declara justos. Romanos 3:20-28.
En esta razón, nos dice las escrituras:
Ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de
él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado. Pero ahora,
aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley
y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para
todos los que creen en él.
Porque no hay diferencia, por cuanto
todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados
gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a
quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para
manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los
pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de
que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús. ¿Dónde,
pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras?
No, sino por la ley de la fe. Concluimos, pues, que el hombre es justificado
por fe sin las obras de la ley. Rom 3:22-28.
1.5. Justificados por la fe en
Jesucristo, tenemos paz con Dios. Rom 5:1; Gal 2:16.
1.6 Justificados en su sangre, por
Jesús, seremos salvo de su ira. Rom 5:9
1.7. Justificados en el nombre del Señor
Jesús. 1 Cor 6:11, en su gracia. Tito 3:7.
Por otra parte, Jesús refirió una
parábola alusiva a la justicia. A unos que confiaban en sí mismos como justos.
Luc 18:9-14
2.
Santificación.
Es el acto por medio del cual, Jesús el
Hijo de Dios entregó su cuerpo y sangre. Para santificar, mediante una obra
perfecta, libre de pecado en su cuerpo, al alma humana del hombre, hecha a la
imagen de Dios. Y que había sido destruida por causa del pecado. Cristo la
santificó en su cuerpo perfecto sin pecado, y obediencia absoluta a la voluntad
de Dios.
En este aspecto, la santificación fue
hecha según los escritos del Antiguo Testamento, en lo siguiente:
2.1. Con la sangre de la expiación
santifican al sacerdote y al pueblo. Ex 29:21.
2.2. Dios santificaba el tabernáculo y a
los sacerdotes con su gloria. Ex 29:43-44.
2.3. Mandó a no profanar su santo nombre
en medio de su pueblo. Lev 22:3, 32.
2.4. Dios Santificó la casa que
construyó Salomón como templo. 2 Cr 7:16.
2.5. El pueblo de Israel profanó su
nombre. Ez 8:16-18; 36:20.
2.6. Dios prometió por su santo nombre
santificar su gran nombre. Ez 36:23.
2.7. La expiación fue fuera del templo
para santificar mediante su sangre. Ex 29:14; Heb 13:12.
Venida la promesa de redención. La
santificación fue realizada. Y en el Nuevo Testamento se refiere a lo
siguiente:
2.8. Jesús nos santifica y nos sigue
santificando por su expiación, con su sangre. Si andamos en la verdad. Tenemos
comunión unos con otros. Su sangre nos limpia de todo pecado. 1 Jua 1:7.
2.9. Jesús enseñó a santificar el nombre
de Dios en la oración. Luc 11:2; Ez 36:23.
2.10. Jesús se santificó, para que
seamos santificados por él. En la verdad. Que es Jesús. Juan 17:19.
2.11. Jesús es la palabra y la palabra
es la verdad. Juan 1:17; 14: 6; 17:17; Sal 119:160.
2.12. La santificación es por creer en
su obra. 1 Cor 1:30; Heb 10:9-10.
2.12.1. La
santificación es por fe.
La santificación es un
aspecto de la salvación. Es decir; está incluida en la obra realizada por
Jesús. El cual nos santificó, justificó, redimió, en la sabiduría de Dios. 1
Cor 1:30. La santificación, no es algo que logremos por nuestro propio
esfuerzo. Cristo lo logró por nosotros. Cristo dijo: Yo me santifico a mí
mismo. Para que ustedes sean santificados en mí. Juan 17:17-19. Cristo nos
libró de la culpa del pecado. Porque él nos justificó, y nos libra del poder
que ejerce el pecado sobre nosotros, porque nos santificó. Y esto es la
santificación inmediata que recibimos cuando lo aceptamos como nuestro
salvador. La progresiva es no seguir siendo esclavo del pecado.
Por esto, el apóstol Pablo
escribe a los romanos: Porque el pecado no se enseñoreará de nosotros; porque
no estás bajo la ley, sino bajo la gracia. Romanos 6:14. ¿Qué, diremos?
¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? De ninguna manera.
Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? Romanos
6:1-2. Es decir, debemos obedecer. Porque esto corresponde a que somos salvos.
Obedecemos no para ser salvos, sino porque ya somos salvos.
En tal aspecto, escribe a
los corintios, el apóstol: De tal modo que, si alguno está en Cristo, es nueva
criatura; las cosas viejas pasaron; todas son hechas nuevas. 2 Cor 5:17. Si
conocemos esta verdad, se comienza la vida cristiana confiando plenamente en
Cristo para su perdón. Pero si pronto caemos en el error de tratar de
santificarnos por esfuerzo propio. Caeremos en el ego. Es decir; creernos
mejores que los demás.
Porque puede suceder que
creamos; tengamos que esforzarnos para vivir una vida santa. Otros dicen: “Debo
ser santo para que Dios escuche mis oraciones y para que me utilice eficazmente
en el ministerio”. Aunque sin abusar de la gracia de Dios, esto es un engaño
muy peligroso. Porque pone todo el énfasis en la persona para poder lograrlo. Y
quita la confianza en lo que el Señor ya hizo. Y tú recibiste por fe.
Produciendo un terrible ego. Y la altivez de espíritu.
Esto es justamente lo que pasó a los
Gálatas. Comenzaron bien, pero pronto llegó a ser legalista, diciendo que
deberían ser circuncidados y seguir las costumbres judías.
El apóstol Pablo, advierte
que eso sería legalismo. Creo que estamos haciendo algo parecido, cuando
pretendemos ganar puntos con Dios o lograr nuestra propia santificación.
Gálatas 3:3. Nos dice: ¿Tan necios son? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu,
ahora vas a acabar por la carne? Piense en una rama suelta, tratando de
producir fruto. ¡Simplemente no puede! Tiene que ser injertada a la vid
primero. Es así de imposible que una persona se santifique por esfuerzo propio.
Jesús lo indicó, que tenemos que estar unidos a Él para poder dar frutos.
Permaneced en mí, y yo en ustedes. Como el
pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así
tampoco ustedes, si no permanecen en mí. Yo soy la vid, ustedes los pámpanos;
el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de
mí nada pueden hacer. Juan 15:4-5.
Por lo tanto, la
justificación, santificación y redención, es la obra salvadora del Señor Jesús.
No son aspectos que se logran solos. Ni podemos hacer una doctrina aislada de
estos aspectos de la salvación. No es independiente la santificación, ni la
justificación, ni la redención, están unidas, en la sabiduría de Dios, en la
obra de salvación de Nuestro Señor Jesús.
Es un aspecto sutil tocar como doctrinas
independientes. La justificación, santificación, sabiduría, redención y
salvación. Y desligarse de la obra salvadora de Jesucristo. Al igual que la
sanidad. Que produce la misma obra de sacrificio de Cristo. Estas están
especificadas en la doctrina del Señor Jesús, a la cual pertenecen.
En conclusión, Pablo a los Tesalonicenses
les escribe, que el mismo Dios de paz los santifique por completo; y todo
nuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible. Para la
venida de nuestro Señor Jesucristo.
3. Sabiduría.
Jesús es la sabiduría de Dios. 1 Cor 1:24.
4. Redención.
La regeneración o
Redención. Es el acto por medio del cual el deudor es exonerado de la deuda,
por medio de un mediador. En este caso Jesús es el mediador entre Dios y los
hombres. Es el medio, por el cual Jesús a través de su obra expiatoria y su
resurrección de los muertos. Da una nueva vida al hombre muerto en delitos y
pecados. El alma, muerta en delitos y pecados, necesita una vida nueva, la cual
es impartida mediante el hecho Divino de la regeneración. La persona en ese
momento pasa a ser "hijo de Dios". No engendrado de voluntad de
varón, sino de Dios. Por su Espíritu Santo. Juan 1:12-13.
El acto de redención es un
acto legal ante Dios. Donde Dios en su sabiduría, primeramente, justifica al
ser humano, mediante la obra ejecutada por su Hijo. Seguidamente en su
sabiduría el ser humano es santificado, creyendo en esta obra hecha por su
hijo. Para recibir la promesa de su Espíritu Santo y sellarlo como propiedad
suya. El ser humano a través de confesar su fe en Jesús es justificado, santificado
en su sabiduría. Para redención.
En el Antiguo Testamento,
este acto de redención fue una promesa. Y el pueblo de Israel moría en esta
esperanza de redención. Dios le había explicado a Abraham su redención. En su
descendencia serán benditas las naciones de la tierra. Isa 29:22-23. A través
de la generación de su hijo Jacob, nace Judá. Quién, entendido en la bendición,
instruye a su descendencia, pero estos lo menospreciaron. Engendrando Judá un
hijo a Tamar su nuera. Tamar quien si comprende por su parte la redención de
Israel. Y de esta nace Fares. De Fares nace Salmón, quien engendró de Rahab a
Booz.
Por otra parte, observamos
la historia de Rut. Cuya nuera Nohemí, procuro redimir su descendencia a través
de su pariente Booz y lo logró a través de Rut. A quien Booz redimió. Rut 4:4.
De Rut y Book nace Obed. De Obed nace Isaí. Isaí es la raíz de Israel, padre
del rey David. De donde nace en su
linaje el Mesías. El Redentor. Por lo tanto:
a. Dios el Santo de Israel es nuestro Redentor. Isa 44:24
b. Ningún hombre puede redimirse, solo Jehová podrá redimir.
Porque solo él tiene vida en sí mismo. Sal 49:7-15.
c. Por desobedecer a Dios, morimos y necesitamos redención. Por
la promesa a Israel. Para librarlos de la muerte eterna. Rom 8:2-3; Gal 3:13.
d. De la muerte nos librará. Nos librará del Seol. Ose 13:14.
e. Del juicio de Dios, nos redimió. Heb 9:27. El Ángel de su Faz.
Jesús. Isa 63:9.
f. Jesús es la propiciación por el pecado para redimirnos. 1 Jua
2:2.
g. Libra de la potestad de las tinieblas y nos traslada al reino
de su hijo. Col 1:13.
h. Tenemos redención por su sangre, el perdón de los pecados. Col
1:14; Efe 1:7.
i. Jesús es el redentor. Ti 2:14.
E.
Explicación de la salvación.
1. Seguridad de la Salvación.
1.1. Dios nos aseguró una salvación a
través de la obra de su Hijo. Hay que creer. Es la seguridad que tenemos. Él
nos salvó a nosotros. Nosotros estábamos muertos. Él nos dio vida. Nos perdonó
ante Dios. Y Dios nos ve justo a través de la obra de salvación, realizada por
su Hijo. Él perdonó los pecados que nadie podía, y todos. Y los que podemos
cometer en el futuro. Porque somos humanos, por omisión, o por error, o por
ignorancia, o por tentación, o porque somos débiles.
1.2. Debemos comprender que Él nos
salvó. Esto nos asegura una actitud correcta ante el perdón. Es incorrecto
arrastrarse ante un hombre, que le suministre perdón a la gente. Pues se está
aplicando mal la palabra. El apóstol les advierte a los corintios, lo que ellos
eran. 1 Cor 6: 9-11. Pero al creer en Jesús, se debe cambiar y no continuar en
lo mismo. 1 Cor 6:12. Por eso Pablo les habla a los corintios: 1 Cor 2:2-16.
Para darle seguridad al creyente. Y debemos ser humilde. Pero la humildad
consiste en reconocer que solo Dios lo pudo hacer. Y agradecer por haberlo
hecho.
1.3. Comprender la salvación nos permite
estar seguros. Y no nos permite gloriarnos. No es correcto gloriarse, en uno
mismo, de lograr algo. En cuanto a suministrar la salvación. Para eso hay una
explicación. 1 Cor 1.:28-31; Efes 2:8. Los seres humanos quieren hacer algo
para ganar la salvación. Tienen una tendencia hacer algo para ganar la
salvación. Si depende de nuestro comportamiento. Primero: me voy a
enorgullecer. Porque lo hemos logrado y los demás no. Efesios 2:8-9.
Segundo, si no lo logro me voy a
frustrar. Porque no puedo salvarme. Ejemplo: los ladrones que murieron en la
cruz. Solo el que creyó se salvó. Para que veamos su salvación, y destruir
nuestro orgullo. Estos son para los que creen que se pueden salvar solo. Dios
le garantizó la salvación, aún sin verla, porque los dos morirían. Pero él
ladrón le dijo a Jesús: acuérdese de mí cuando estés en tu reino. Y Jesús le
dijo, que lo haría hoy mismo. Luc 23:43.
1.4. Por desconocer está gracia, que
Dios nos suministra. Por su obra salvadora en Cristo, muchos están en el mundo,
descontentos con todos, hasta con Cristo, bravos con el pastor, con los
hermanos, con los evangélicos y cuanta religión existe. ¿Quiénes somos nosotros
para actuar acusándolos unos contra otros, respecto al pecado? Si dependiera de
nosotros o si fuese por mí, o fuese por ti el hecho de salvarnos; Jesús no
hubiese venido. Y mucho menos hubiese dejado su gloria. Para venir a realizar
la obra salvadora. Para más colmo, haber recibido Jesús la tentación del diablo
en el desierto. Quien se atrevió aún a tentar al Hijo de Dios. Asediando con
palabras persuasivas de duda, diciéndole si eres el Hijo de Dios. Mat 4:6; Heb
4:15, Fil 2:7.
1.5. Es necesario entender, comprender
que llevar la culpa de lo que hicimos nos hace vivir atormentados. Porque no
nos perdonamos, por las cosas que hicimos, mucho menos aceptamos el perdón de
Dios. Vivimos en un solo pensamiento de auto conmiseración, remordimiento, sin
paz, tormento, diciendo no valemos ni medio, somos menos que un grano de arena
partido por la mitad. ¿Si no valieras Jesús no hubiese recibido ni un latigazo,
vituperio, por nosotros? ¡Dejemos de ser ignorantes de la palabra! Romanos 3:20.
1.6. Si no has creído, es porque no te
importa o no estás llamado a la salvación. Si estás pensando en creer después,
solo gustaste. Porque creer es persistir, a pesar de todo. Es permanecer
creyendo, a pesar de lo que te digan y hagan. A pesar de todas las cosas
contrarias. En comparación a lo que leas en la palabra. Y a lo que la gente
haga, seguir adelante. Si todo va de mal en peor, sigamos. Si te calumnian, o
dicen cosas que jamás tú hubieses esperado, sigue a Cristo. Porque a él le
hicieron peor.
Explicando por otro lado, sobre el
pecado imperdonable. Esto no es que puedas cometer pecado. Sino resistir la voz
del Espíritu Santo, que te invita a creer absolutamente en Cristo. Es creer
solamente. Porque Jesús sabía, que de una vez no ibas a entender todo.
Necesitás un tiempo para conocer la doctrina. Y en ese tiempo pueden suceder
muchas cosas. De las cuales no podrías imaginar.
Pero tienes que ser como Zaqueo. Él se
montó en el árbol cuando pasó Jesús. Y no interesarte el mundo que te rodea.
Solo Jesús. Esta es la condenación dijo Jesús. Que la luz vino al mundo,
y amaron más las tinieblas que la luz. También dijo Jesús, que el Espíritu
Santo los redarguye de pecado. Porque no creen. Juan 16:9
Por consiguiente. Si dices que se pierde
la salvación, es porque le estás agregando el mérito humano, es decir: obras.
Entonces depende de mis obras y de cómo me porto. ¿Con qué derecho entonces vas
al cielo? ¿Podrás tú tener poder para entrar? ¿Posees tú la llave? ¿Podrás tu
conducirte después de la muerte? Por esto el rey David solo confiaba en su
justicia. Sal 17:15.
Por otra parte, hay que imaginarse todas
las calumnias, blasfemias, lo tildaron de belcebú, las bofetadas resistidas.
Así como las burlas, contrariedades, padecimientos, los latigazos lo
escupieron, le colocaron una corona de espina y se mofaron de Él. Si la
salvación se perdiera ¿para qué Cristo padeció tanto? No hubiese sufrido ni un
insulto de los fariseos, mucho menos tendría que haber venido a caminar,
llevando las buenas nuevas de salvación. Y no tendría sentido todos sus
padecimientos.
Jesús lo hizo, porque valemos para Dios
y la salvación valió. El vio el fruto de su aflicción y quedó satisfecho. Y por
su conocimiento nos justificó. Porque él sabía que no lo íbamos a comprender
todo. Isa 53:11. El salmista David sabía, que despertaremos en su semejanza.
Cuando comprendamos que Jesucristo, con su obra nos justifica delante de Dios.
Así como lo había comprendido el rey David.
1.7. Por tanto. Solo creyendo en su
hijo. Tenemos seguridad. 1 Cor 1:30. Nos asegura su Espíritu. Porque él da
testimonio a nuestro espíritu, somos hijos de Dios. El Espíritu Santo que hizo
habitar, desde el momento que creímos. Efe 2:8, 1:13. Y por él, somos
conducidos más allá de la muerte. Sal 48:14. El pastoreará nuestros huesos. Prov.
3:8; Isa 58:11. Porque nuestras obras fueron acabadas. Antes de la fundación
del mundo en Cristo. 2 Timoteo 1: 9-10; Heb 4:3.
Por todas estas razones debemos estar
seguros de la salvación.
¿Por qué?
1.7.1. Es un regalo. Y significa:
Declarado justo gratuitamente y pagada su deuda, en su totalidad. Efes 2:8.
Romanos 3:24.
1.7.2. ¿Cómo se llama el regalo? Se
llama Gracia. Romanos 4:16, 3:24, 28.
1.7.3. ¿Qué contiene el regalo?
justificación, santificación, sabiduría y glorificación. 1 Cor 1:30.
1.7.4. ¿Quién lo da? Es dado por Dios. A
través del don de fe. Es por fe. Efes 2.8; Gálatas 3:11 Heb 6:13-20.
1.7.5. ¿Qué sucede a la persona, cuando
lo recibe? Nace del Espíritu de Dios. 1 Juan 5:1-5.
1.7.6. Después de creer y recibir el
don. Soy sellado con su Espíritu. Mis buenas obras fueron preparadas por Dios.
Efe 1:13.
1.7.7. Lo más interesante de todo. Soy
aceptado en el amado. Dios me aceptó en Cristo. Me ve Justo. Y puedo acercarme
a Dios Justo. Efes 1:6.
2. El Nuevo Nacimiento.
2.1. Hay que nacer de nuevo.
Dios nos creó y nos dio vida. Porque
influyó aliento de vida en nosotros. Gen 2:7. Y todos tenemos esa primera vida.
Por la desobediencia a Dios perdemos esa vida. Gen 2:16-17, 3:6. La primera
creación de Dios perdió la vida y la muerte pasó a todos los hombres. Y todos
morimos. Rom 5:12. Dios había prometido la redención del hombre a la primera
creación. Gen 3:15. Dios lo cumplió. Porque dice la Biblia que la paga por el
pecado es la muerte, más la dádiva de Dios, es vida eterna en Cristo Jesús. Rom
6:23.
En este sentido cuando comprendemos la
verdad en Cristo. Nacemos de nuevo, y somos una nueva criatura. Cristo le dijo
a Nicodemo, un maestro de la Ley, que tenemos que nacer de nuevo para ver el
reino de Dios. Y le rectificó: nacemos del agua y del Espíritu de Dios. Que
significa que cuando creemos. Jesús es el agua de vida. Él nos limpia con su
sangre de todo pecado. Somos purificados. Como le fue dicho y especificado a
Moisés. Que sin derramamiento de Sangre no hay perdón de pecados. Luego
desde el momento que creemos viene a morar el Espíritu de Dios en nosotros.
Dios instituyó las leyes eternas de su
reino en la tierra. Para que el hombre pudiera obedecerla y vivir por ellas. Ex
20. Se las recuerda siempre. De. 10: 12-13. La redención fue prometida al
patriarca Abraham. Gen 22:18. A el Rey David su siervo. 2 Sam 7:16. Y a los
profetas. Salmo 130:8. Esta promesa Dios la cumplió en su Hijo y nació el
redentor, que libraría a su pueblo de sus pecados Mat 1:21.
Por esta razón, el Señor le dice a
Nicodemo, tienes que nacer de nuevo. Lo explica en Juan 3:1-16. Y por tal
motivo, Dios envió a su hijo. Para darnos vida. Porque estábamos muertos en
delitos y pecados. Esta vida está en Cristo. Él es la vida. Es esta la razón
por la cual el apóstol nos invita a morir, para vivir para Cristo. Col 3:1-5.
2.2. Todo es hecho de nuevo.
El apóstol también nos dice que las
cosas viejas pasaron y están todas hechas de nuevo. Esta verdad es importante
creerla. Para poder seguir en una nuestra nueva vida, creciendo en Cristo de
una manera saludable.
2.3. Una nueva creación.
El apóstol Pablo nos indica que somos
una nueva creación. Y de ninguna manera debemos gloriarnos, en hacer algo para
recibir esta salvación. Ya que Cristo lo hizo todo. Gal 6:14-15. Se explica de
la siguiente forma:
2.3.1. Nueva Criatura.
Somos una nueva criatura. Al creer en
Cristo nos limpia de todo pecado. Y luego somos sellados con su Espíritu. Efes
1:13. Aunque no podemos especificar cuándo sucedió este nuevo nacimiento. Y
somos una nueva criatura. Si podemos sentir a su Espíritu guiándonos.
En este sentido observamos cuando Jesús
vino, se encontró con Nicodemo, un maestro de la ley de Dios, y le dijo que
tenía que nacer de nuevo. Este enseguida le mostró sus obras. Juan 3:3-8. Pero
Jesús le dijo: a Nicodemo como él no sabía esto, si era maestro de la ley. Ya
que a los profetas le había prometido Dios, que le daría a su pueblo un nuevo
espíritu y corazón. Ez 11:19, 36: 26-27. Jesús le explica a Nicodemo, que
seriamos una nueva criatura, una nueva creación. Juan 3:6. 2 Cor 5:17.
2.3.2. Un Nuevo Hombre.
Juan el evangelista comenzó a decirnos
en su libro en Juan 1:12-13, que los que le recibieron, los que creen en su Nombre
les dio el poder de ser hijos de Dios y que somos engendrados del Espíritu de
Dios. Por medio de Jesucristo, en un nuevo hombre. Efes 2:15. Por la palabra de
Dios que hemos escuchado y obedecido. Rom 10:17, Sant 1:18. Nos hace renacer en
un nuevo hombre. 1 Ped 1:3,23.
2.3.3. Una Nueva Vida.
Y somos partícipes de la naturaleza
divina de Cristo. 2 Ped 1:4. En una nueva vida. Efes 2:1-5. Y nos invita, el
apóstol Pablo, a vestirnos de este nuevo hombre, esta nueva vida. Efes 4:24;
Col 3:12-14; Rom 13:14.
F.
Condenación del Hombre.
Las Escrituras nos indican, que creerle
a Dios es el fundamento de la gracia Divina. Y no creerle es el fundamento de
la condenación. El hombre que no deposita su fe y confianza en Dios no agrada a
Dios. Por lo tanto, es necesario creerle. Y en creerle hay un gran galardón. Lo
contrario, el no creerle, es motivo de castigo y de juicio. Dios cuando formó
el primer hombre, lo probó en creerle, en la fidelidad a él. Dios nos prueba en
creer en la obra expiatoria de Cristo. Para obtener plena redención. El hecho
de no creerle acarrea eterna condenación.
En esta razón, Jesús les explica:
1. Los hombres de Nínive se
arrepintieron de la predicación de Jonás. Y Jesús es más que Jonás. Mat 12:41.
2. La reina del sur fue a ver la
sabiduría de Salomón. Y Jesús es más que Salomón. Mat 12:42.
3. Dios envió a su Hijo no para
condenar, sino para salvar al mundo. Jua 3:17.
4. Jesús dijo que la condenación era,
porque los hombres amaron más las tinieblas, que la luz. Porque sus obras eran
malas. Jua 3:19.
5. El que oye sus palabras y cree al que
lo envió no vendrá a condenación. Jua 5:24.
6. El que hace lo malo va a condenación.
Ya advertido como los judíos. Jua 5:29.
7. Morirán en sus pecados dijo Jesús,
sino creen en él. Juan 3:18; 8:24.
G. Teorías
erradas del origen del Hombre.
Contraria a la doctrina especial, de la
creación. Figura la teoría de la evolución. La cual enseña que todas las formas
de vida nacieron de una forma y que las especies superiores se desarrollaron de
las inferiores, de manera que, por ejemplo, el caracol se convirtió en pez, el
pez en reptil, el reptil en ave, y pasando rápidamente, el mono se convirtió en
ser humano.
La teoría se explica como sigue: Cierto
día en el pasado distante, apareció la materia y la energía. La ciencia no sabe
la fecha ni cómo comenzó. Dentro de la materia y la energía, apareció una
célula viva. Nadie sabe de dónde. En esta célula residía una chispa de vida, y
de esta célula original nació toda la vida, tanto vegetal como animal hasta el
hombre.
Este desarrollo fue controlado, según la
teoría, por leyes inherentes. Estas leyes, en relación con el medio ambiente,
explican las varias especies que han existido y existen aún, incluso el hombre.
De manera que, de acuerdo con esta teoría, se ha producido un progreso gradual
y continuo de las formas inferiores de vida hacia las superiores, hasta que se
llegó al hombre.
En este sentido leemos en las escrituras
que Dios hizo todos los seres según su especie, no afirma que Dios los hizo
incapaces de desarrollarse en nuevas variedades. Solo queremos manifestar que
Dios hizo a las especies distintas y separadas. Y colocó una barrera intermedia
de manera que, por ejemplo; un caballo no podría desarrollarse hasta transformarse
en una raza de animales, que ya no podrían denominarse caballos.
Por otra parte. La teoría de la
evolución mejor desarrollada es la del naturalista Darwin. Pero la teoría de
Darwin no ha sido comprobada. Aquellos que siguen la teoría de la evolución, se
han imaginado un tipo de criatura. Siendo está el intermediario entre los monos
y los seres humanos. Se trata este del eslabón perdido, que se ha denominado
pitecántropo erecto. ¿Pero que de las pruebas? Hace algunos años se
descubrieron restos óseos, consistentes en una parte de la bóveda craneana, dos
molares y un fémur. ¡Y con la ayuda de yeso, se reconstruyó el eslabón
intermedio entre el hombre y la creación inferior! "Todos los eslabones,
se han reconstruido de la misma manera, con yeso, sin encontrar nada
original."
Por tal razón, la teoría de la evolución
de Darwin no explica ni contribuye a determinar el origen del hombre. Mucho
menos coadyuva a demostrar que se desarrolló de forma inferior alguna criatura
humana, ni aun físicamente. Ni siquiera sugiere el método por el cual adquirió,
o podría haberse hecho esas cualidades superiores, que lo distinguen de las
otras formas de vida.
Los evolucionistas buscan vincular al
hombre con una creación de los brutos; Que se fue evolucionando. En el tiempo.
Cuando Dios le dio recursos para subsistir, y le indico cómo utilizarlos desde
que lo creo.
Por su parte, el Señor Jesucristo vino a
este mundo a fin de vincular al hombre con Dios. Y vino de forma humana,
directamente. Con nuestra naturaleza a fin de glorificar para un destino
mejor. A todos los que le reciben, les da el poder de ser hechos hijos de Dios.
Una naturaleza aún más superior. Juan 1:12. Aquellos que comparten su vida
divina, son miembros de una creación nueva y más elevada. Son hijos de Dios
para su reino.
Esta nueva creación, sin embargo, el
nuevo hombre, según nos indica Efesios 2:15, vino mediante unir lo Divino con
lo humano. Y no mediante la evolución de lo humano hasta convertirse en Divino.
Es decir; participaremos de la naturaleza divina, según indica: 2 Pedro
1:4.
Y el apóstol Juan nos dice lo siguiente: "Muy amados, ahora somos hijos de Dios." 1 Juan 3:2.
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